Capítulo seis .- Vete.

-¿Quieres pasar, ____? – propone Megan dulce.

-Llego tarde… - musito – después vuelvo.

Nerviosamente y rápido, voy hacia la salida, sin esperar la respuesta de Megan.  Camino otra vez por esas calles de Holmes Chapel, camino hacia mi trabajo. Pienso sobre Megan: primero me dice que tengo que acostumbrarme a no verla y, después me pregunta si quiero pasar. ¿Qué le pasa a esta? ¡Qué mosca le ha picado! Sin darme cuenta, tropiezo con el pie de alguien y caigo al suelo. Mis manos han hecho que el impacto no sea tan fuerte. Me siento en el suelo y levanto la vista para ver quién ha sido el culpable de mi caída. La luz del sol impide que no lo vea con claridad. La misteriosa persona, extiende su mano para ayudar a levantarme, la tomo y quedo a su altura: chico, debe ser de la misma edad que yo, pelo negro con ojos grandes y azules. Atractivo, alto y bastante fuerte.

-¿Estás bien? – me pide amablemente mientras me levanta: tiene mucha fuerza.

-Sí, estoy bien. Gracias – le sonrío a lo que él hace lo mismo – bueno, tengo que irme, llego tarde.

-¿Quieres que te acompañe? Si tú quieres, claro… ¿A dónde vas? – interviene tímido.

-Cl…claro – respondo tímida, extrañada y… ¿Con un poco de miedo al desconocido? Puede ser – voy a la cafetería.

-Pues vamos – sus labios se curvan y forman una sonrisa excelente.

Caminamos en silencio, solo se oye la brisa, haciendo que mi cabellera se mueva rítmicamente y algunos mechones de mi pelo jueguen entre ellos. Hace minutos que hemos dejado atrás la casa de mi vecino pervertido, imbécil y sinvergüenza Harry Styles. Eso siento por él. Mi pelo sigue descubriendo mi cuello, haciendo visible lo que me había hecho el susodicho, anteriormente. Me preocupo un poco y vuelvo a poner mi cabello alrededor de mi cuello otra vez.

-Llevamos minutos caminando y todavía no sé tu nombre – rompe el silencio.

-Me llamo ____ ¿Y tú? – digo un poco áspera.

-Andy. Y, bueno, cuéntame algo de tu vida, quiero saber de ti.

-¿Acaso quieres saber toda mi vida? – digo divertida.

-No estaría mal – suelta una carcajada al igual que yo.

-Ya si eso, más tarde que, ya tengo que trabajar – digo al ver que estamos en frente de la cafetería – toma mi número – cojo un boli que guardo siempre en el bolsillo trasero de mi pantalón y se lo apunto en la mano. Él solamente ríe por mi acto y sonríe.

Le doy dos besos, menos mal que no se ha dado cuenta de mi marca en el cuello… Me adentro en el local y, otra vez esa campanita al entrar pero, que a penas se oye, ya que el establecimiento siempre está lleno. Me dirijo hacia la barra donde siempre veo a Nicole. La abrazo.

Me separo de ella y voy a la habitación para cambiarme. Paso por los sofás blancos, ignorando los ruidos de por medio y entro a la sala. Genial, ¿No puedo cambiarme en paz?

-Te estaba esperando – dice grave y, a la vez en tono seductor. 

-Harry, vete – respondo seria.

Ignora mi petición y va acortando la distancia entre nosotros. Retira mi pelo del cuello y queda mirando la marca que había sido creada por él. Pasa un dedo índice por la zona y lo besa, me sale un grito ahogado. Rodea mi cintura con sus brazos, impidiendo mi escapada y comienza a besar mi cuello sin control, con algún que otro pequeño mordisco en la piel, no puedo evitar jadear. Se para al llegar a la comisura de mis labios y clava sus ojos con los míos. Sonríe y le da un pequeño beso a mi nariz. Me suelta de repente.

-¿Podrías salir? Por favor – pregunto amablemente.

-Por supuesto preciosa.

-Por cierto – hablo antes de que se vaya - ¿Te lo pasaste bien con tu amiguita anoche?

-Me lo habría pasado mejor contigo.

Dicho esto, cierra la puerta y me deja completamente sola en la habitación.